martes, 11 de diciembre de 2012



EPD 6: Formación en la Persona Adulta


·         Describe y/o dibuja a una persona adulta mayor:


·         Describe brevemente el tipo de formación al que podría aspirar.

Creemos que puede aspirar a todo tipo de formaciones, desde cursos de alfabetización hasta estudios universitarios. Partiendo de este pensamiento que se sustenta en el creer a los adultos mayores capaces de superar con éxito las formaciones que se propongan, siempre y cuando se les ofrezcan los medios, condiciones y el contexto adecuado para ello, queremos especificar que dichos estudios deberán partir y adaptarse a las bases previas presentadas por estos. Estas formaciones, siendo elecciones personales en sí mismas que no están tan orientadas al futuro desempeño de una actividad laboral, podrán recoger inquietudes a las que no han podido dar respuesta a lo largo de su vida, encontrando ahora el momento idóneo para profundizar en aquellos ámbitos de su interés, sus pasiones, etc.

·         ¿Cómo crees que será su actitud como estudiante?


En primer lugar nos gustaría decir que sus actitudes también se ven influidas por el tipo de formación que suelen recibir y la metodología que se emplea para ello, disponiendo de horarios adaptados y temáticas de su interés. De este modo, pensamos que tienen una actitud igual y diferente a la nuestra, que puede venir definida por los siguientes rasgos:

o   Plena involucración
o   Formaciones enfocadas a sus gustos y metas personales
o   Curiosidad e interés
o   Gran dedicación y esfuerzo personal
o   Motivación
o   Ilusión, ganas de superarse, autorrealización, reto personal.
o   Preocupación por la situación actual, el contexto político, cultural y socioeconómico estatal y mundial.
o   Respetuosos y reconocedores de la oportunidad.



Por último, nos gustaría terminar con una frase sacada de uno de los vídeos expuestos en clase:

"Moriré joven, aunque de viejo me muera".

EPD 5: Aproximación conceptual. Adultos y adultos mayores.


a.       ¿Cuándo una persona es adulta? Establece los criterios que deberíamos tener presente para considerar que alguien es adulto.

Aún sabiendo que la adultez suele abarcar cuatro décadas resulta difícil pensar en un momento exacto a partir del cual una persona comienza a ser adulta.
Existen varias teorías o modelos que tratan de dar una explicación a estos procesos, que establecen diferentes etapas en función de los criterios que siguen.
De este modo, los rasgos generales que podemos entresacar son los siguientes:
  •           La aceptación de responsabilidades y derechos.
  •          El predominio de la razón.
  •          El equilibrio de la persona.

Asimismo, se suele asociar a esta etapa la plenitud psicológica y vivencia del individuo.

b.      ¿Cuándo podemos considerar a una persona adulta mayor?

Del mismo modo que en la cuestión anterior, resulta complicado establecer una edad cronológica concreta ya que estos límites temporales no solo vienen determinados por factores internos al propio individuo, sino también por criterios externos al propio sujeto. 
Teniendo en cuenta las diferentes teorías que se centran en esta cuestión podríamos establecer que en nuestra sociedad actual, empezamos a considerar a una persona adulta mayor a partir de los 60 o 65 años.

Asimismo, existen diversos indicadores, como puede ser el caso de la salud, que contribuyen a la consideración de la persona como un adulto mayor. 


c.       Si tuvieras que establecer ritos de paso a la etapa de adulto mayor, ¿Cuáles serían?

En primer lugar deberíamos tener en cuenta la influencia de las sociedades o culturas en estos ritos de paso que parecen establecer a una persona como adulta mayor. Una vez dicho esto, podemos citar algunos de los ritos de paso a la etapa adulto mayor que se reflejan en nuestra sociedad, que de manera individual no siempre tiene porque constituirse como rito de paso en si mismo, pero al darse junto a otros pueden pasar a formar parte de esa transición de una etapa vital a otra.
  •           Jubilación (disminución de ingresos).
  •           Ser abuelos.
  •           Nuevo estatus social (que suele conllevar un mayor respeto).
  •           Reestructuración del tiempo libre.
  •           Pérdida del cónyuge y aceptación de la muerte de conocidos.
  •           Declive físico.
  •           Síndrome del nido vacío o salida de los hijos del domicilio.
  •           Aparición de nuevos “derechos”.